El temblor es un movimiento involuntario anormal rítmico, oscilante, que compromete un segmento corporal, cabeza, extremidades u otros. Los temblores pueden deberse a múltiples causas, algunas como variante de la normalidad llamadas fisiológicas y otras patológicas, es decir que corresponden a una enfermedad.
El temblor fisiológico es aquel que se presenta en todas las personas y no presenta enfermedad, generalmente no es importante, sin embargo, existen condiciones que lo pueden exagerar como la tensión, emocionales, ansiedad, fatiga y en algunas enfermedades como la hipoglicemia, hipertiroidismo, feocromocitoma o algunos medicamentos y drogas.
También existen los temblores esenciales, los cuales tienen una alta frecuencia de presentación, estimándose una prevalencia de 1% que aumenta con la edad y en los mayores de 40 años es de un 4%, para en los mayores de 60 años llegar a un 10% de la población general. Es probable que estas cifras sean mayores, ya que la mayoría de los casos leves no lo consulta.
Este temblor es un cuadro que aparece de preferencia al mantener una postura y empeora generalmente al realizar un movimiento, disminuyendo cuando el paciente está tranquilo y/o en reposo.
Habitualmente los temblores afectan a las manos (94%) pero también puede afectar a otras partes del cuerpo, como cabeza (40%), mentón, piernas y/o cuerdas vocales (11%). En ocasiones se presenta solo n una parte del cuerpo sin presentarse en las otras. El curso clínico de esta enfermedad es variable pudiendo ser estable o lentamente progresivo. Algunas situaciones como el estrés pueden exacerbar el temblor. Se conoce de algunos medicamentos que pueden aumentar los temblores como la amitriptilina, la amiofilina, fenoterol y otros.
Frecuentemente es mal diagnosticado por lo que les sugerimos los siguientes criterios:
Temblor aparece al mantener una postura, por ejemplo, al estirar las manos.
No esta presente en reposo.
No empeora al realizar un movimiento, como en la prueba índice nariz.
No hay elementos que sugieran daño al cerebelo ni un síndrome acineto rígido.
Criterios opcionales
Historia familiar de temblor de iguales características.
Mejora con el alcohol o betabloqueadores.
Frecuencia de oscilación más rápida que el temblor parkinsoniano
Para el tratamiento de los temblores, el uso de tranquilizantes tipo benzodiacepina es parte de un tratamiento inespecífico que reduce la ansiedad y previene el empeoramiento del temblor por el estimulo adrenérgico propio del estrés, pudiendo usarse Clonazepalm en dosis de 1 a 4 mg al día o alprazolam 0,75 a 1,5 mg al día. Eso sí, en estudios controlados estos medicamentos han demostrado ser ineficaces para el manejo de lo que denominamos temblor esencial.
Si el paciente no tiene una buena respuesta al tratamiento con medicamentos y su temblor es altamente incapacitante, se plantea la posibilidad del tratamiento quirúrgico en el que existen dos alternativas definidas:
Talamotomia: técnica disponible en nuestro país mediante guía esterotáxica se lesiona una zona denominada VIM en el Tálamo cerebral con excelentes resultados en la mayoría de los casos. Sin embargo, no exenta de riesgos: 1% de los casos operados podrían presentar problemas graves como consecuencia de la cirugía.
Otra técnica denominada DBS (Deep Brain Stimulation) es decir estimulación cerebral profunda consiste en instalar un electrodo en esta misma del tálamo y mediante un generador eléctrico similar a un marcapaso cardiaco con esta estimulación eléctrica inactivar el VIM, la ventaja de esta técnica es no provocar una lesión que resultaría irreversible por lo que tendría menores riesgos que la forma tradicional de cirugía, la gran desventaja es su costo elevado.